En los últimos años, el cambio climático se ha convertido en una prioridad global ya que los fenómenos climáticos que afronta el planeta son cada vez más extremos y frecuentes. Las alteraciones en el clima en curso son el resultado de las actividades humanas, que a lo largo del tiempo han generado un aumento fuera de toda medida de los gases de efecto invernadero liberados en la atmósfera, lo que ha llevado a la propagación de fenómenos como sequía, inundaciones, crisis de los sistemas agrícolas, crisis hídricas, extinción de especies, inestabilidad hidrogeológica y transmisión de enfermedades.
Por lo tanto, es necesario actuar para limitar el calentamiento global.
De esto trata la COP26, la 26ª Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, presidida por el Reino Unido, en asociación con Italia, y celebrada en Glasgow durante estos días, del 31 de octubre al 12 de noviembre.
Un evento importante que ha reunido a los líderes de los Países de todo el mundo para alcanzar un acuerdo sobre cómo intensificar la acción global —a través de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, medidas específicas y financiaciones en favor de la acción por el clima— a fin de resolver la crisis climática. Una oportunidad para actuar juntos y con rapidez.
El nacimiento de la COP y el papel de las Naciones Unidas
La primera COP se celebró hace ya casi 30 años cuando la ONU reunió por primera vez a los líderes mundiales para afrontar juntos el tema del cambio climático, aprovechando la ocasión para invitarlos a firmar una convención sobre el clima que obligaría a todos los países a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde ese momento, los países signatarios de la convención –denominados «partes»– han celebrado un encuentro anual para discutir los progresos realizados y los nuevos desafíos que afrontar. De aquí el nombre COP, “Conference of the parties” (Conferencia de las Partes), de la convención de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (UNFCCC – Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático).
Los objetivos de la COP26
La COP26, respecto a las anteriores ediciones, supone un esfuerzo adicional si se considera su extraordinaria urgencia.
Durante la COP21 del 2015, los países participantes firmaron el Acuerdo de París –el primer acuerdo universal y jurídicamente vinculante sobre el cambio climático–, con el que se comprometían a colaborar para limitar el aumento de la temperatura hasta un máximo de 1,5 grados, a través de un plan nacional que concretaba la medida de la reducción de sus emisiones.
Sin embargo, esto ya no es suficiente dado que el marco temporal, esto es 2030, para alcanzar este objetivo está finalizando. Los países deberían ir mucho más allá respecto a cuanto concretado en París y actualizar sus planes de acción, sobre todo si se considera que muchas de las promesas realizadas a lo largo de estos años no se han cumplido.
Según los cálculos del Ipcc (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), con el índice de emisiones actual, la cantidad de CO2 –esto es, el presupuesto de carbono– que aún podemos emitir, para tener dos posibilidades de cada tres de no superar este umbral, se acabará en unos siete años.
Qué podemos hacer
La correlación entre la intervención del hombre y el cambio climático es fundamental para ayudar al planeta.
Además de las acciones de países y gobiernos, cada uno de nosotros debe considerarse implicado en la lucha contra el cambio climático concentrándose, como primer paso, en la eficiencia y en el ahorro energético.
También FITT se ha comprometido con este objetivo, trabajando junto a sus colaboradores en el desarrollo de una estrategia para reducir sus emisiones de CO2, también mediante sinergias con todos los actores de la hilera productiva, a fin de tutelar y proteger los ecosistemas naturales y la comunidad.