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Sustainability
04 noviembre 2024

Las emisiones de gases invernadero: del potencial de calentamiento a la huella de carbono de la organización

Los gases de efecto invernadero son sustancias que atrapan el calor en la atmósfera: actúan como una manta que aísla la tierra, absorben la energía solar y deceleran la velocidad de fuga de esta hacia el espacio.

En 1997 el Protocolo de Kyoto, el primer instrumento realizado para determinar cuáles eran las obligaciones de reducción, estableció los 6 gases principales que contribuyen al efecto invernadero (llamados GHG por las siglas en inglés de Greenhouse Gas): bióxido de carbono o anhídrido carbónico (CO2), metano (CH4), protóxido de nitrógeno (N2O), hidrofluorocarburos (HFC), perfluorocarburos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).

El potencial de calentamiento global de los gases invernadero

Los gases invernadero se diferencian unos de otros por dos factores: la eficiencia radiativa, esto es, la capacidad de absorber energía, y la duración, o sea, el tiempo que permanecen en la atmósfera. El potencial de calentamiento global (abreviado como GWP, siglas en inglés de Global Warming Potential) es una medida científica que determina estos dos factores.

El GWP permite comparar de forma directa el impacto de los diversos gases invernadero en el calentamiento de la tierra, respecto al CO2. El bióxido de carbono se ha tomado como gas de referencia y se le ha atribuido un GWP de 1 por 100 años, ya que presenta un tiempo de permanencia en la atmósfera muy largo, que puede durar miles de años.

Para el cálculo del GWP se utilizan tres periodos de tiempo: 20 (GWP20), 100 (GWP100) y 500 años (GWP500).

A continuación, la comparación entre las emisiones de CO2, metano y protóxido de nitrógeno, los gases invernadero con un impacto más significativo en el cambio climático.

El metano permanece en la atmósfera durante poco más de un decenio, y el protóxido de nitrógeno durante unos 120 años, mientras que el CO2 se mantiene en la atmósfera hasta 1000 años.

El metano tiene un índice de GWP igual a 28: esto quiere decir que una cantidad de metano liberada en el aire es 28 veces más contaminante que la misma cantidad de CO2.

Cuanto más alto es el valor del índice GWP, superior es la incidencia de un gas en el calentamiento global.

Del GWP al cálculo de la huella de carbono

Los gases de efecto invernadero son la causa principal del aumento de la temperatura global, cada uno según su propio GWP.

El primer paso para luchar contra el cambio climático es medir la huella de carbono (Carbon Footprint), un indicador que permite realizar una estimación de la cantidad de emisiones GHG generadas de manera directa o indirecta por un bien, un servicio, una organización o una persona.

El estudio de la huella de carbono está regulado por la serie UNI EN ISO 14000 que establece los requisitos y los parámetros de medida de acuerdo con la metodología LCA.

FITT ha obtenido tanto la certificación para el enfoque sistemático a la huella de carbono de producto (ISO 14067 – Enfoque sistemático) como la certificación para la huella de carbono de organización (ISO 14064).