Oímos hablar cada vez más de reducción en las emisiones de CO2eq para proteger el planeta de los efectos que el cambio climático está generando.
Basta con pensar en lo que sucede en Italia y en el mundo: el temporal Vaia, las inundaciones en Pakistán y las de Emilia-Romaña, los incendios en California, la sequía más grave de los últimos 40 años en Somalia: la lista podría seguir.
El fenómeno del efecto invernadero natural existe desde siempre y, en sí mismo, es un factor positivo y necesario: si no existiese, la temperatura media del planeta estaría alrededor de los -15°C, en vez de +18°C. El efecto invernadero natural tiene un papel fundamental para el crecimiento y el desarrollo de las formas de vida.
Sin embargo, a lo largo del tiempo han surgidos los gases con efecto invernadero producidos por el hombre, llamados antrópicos. Se trata de todos los gases generados por la combustión de fuentes fósiles (carbón, petróleo y gas natural) a fin de generar energía para el sector público civil, industrial, agrícola y terciario.
La elevada concentración de este tipo de gases producidos por el hombre genera emisiones que normalmente surgen durante la combustión, como por ejemplo el anhídrido carbónico y esto es lo que rompe el equilibrio, con consecuencias como la subida de las temperaturas medias globales.
Por lo tanto, estas anomalías climáticas son el resultado del efecto invernadero antrópico y los ganadores del Premio Nobel de Física de 2021— Giorgio Parisi, Syukuro Manabe y Klaus Hasselmann— así como el sexto informe del GIECC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), confirman la importante vinculación entre el cambio climático y las intervenciones humanas.
Para detener el cambio climático es necesaria una reducción drástica y rápida de la emisiones de CO2eq y de los otros gases que alteran el clima liberados por las actividades humanas en todo el mundo.
El papel de los países, instituciones, empresas y ciudadanos en la neutralidad en emisiones de carbono
Conseguir la neutralidad de carbono significa equilibrar las emisiones de gases con efecto invernadero generadas y las emisiones reabsorbidas, como resultado de un proceso de cuantificación, reducción y compensación de las emisiones de carbono (CO2eq).
Todos —países, instituciones, empresas y ciudadanos individuales— estamos llamados a ofrecer nuestra contribución en la reducción de la emisiones de CO2eq.
Los países y las instituciones de todo el mundo se han situado en primera línea implementando estrategias a largo plazo, invirtiendo en soluciones tecnológicas realistas, responsabilizando a los ciudadanos y alineando la acción en sectores clave como la política industrial, las finanzas y la investigación, garantizando al mismo tiempo la equidad social para una transición energética correcta en beneficio de la sociedad y el medio ambiente.
Entre las actividades directas que las empresas, pero también los ciudadanos pueden llevar a cabo para luchar contra el calentamiento global existen: ahorro energético, mayor eficiencia en la producción y en el consumo de energía, aumento de generación y utilización de fuentes renovables, recurso a las “3 R” (Reducción, Reutilización, Reciclaje).
Sin embargo, las intervenciones directas no son suficientes para limitar el calentamiento global: por lo tanto, es necesario recurrir a la compensación (offsetting) de las emisiones residuales, las que una empresa no consigue reducir debido a limitaciones técnicas o económicas, para conseguir el objetivo de cero emisiones netas de anhídrido carbónico.
Para muchas empresas, compensar sus emisiones no es una obligación, sino una elección de responsabilidad social y medio ambiental. La compensación de la huella de carbono permite a las empresas convertirse en parte de la solución al cambio climático, gracias a la reducción de sus emisiones de CO2eq en proporción a la contaminación que generan.
Cómo se compromete FITT a ser parte del cambio
Para FITT, salvaguardar el planeta significa reducir el impacto ambiental, limitar y compensar las emisiones de CO2: una prioridad en línea con su estrategia de sostenibilidad para el 2030, El flujo responsable.
La estrategia de FITT se basa en cuatro acciones importantes: medir, conocer, reducir y compensar.
Después de haber reducido el impacto medioambiental de nuestros productos más innovadores, hemos decidido compensar las emisiones restantes de CO2eq derivadas de su ciclo productivo adquiriendo los créditos de carbono certificados por Gold Standard, generados por el proyecto Water is Life, en colaboración con Wami Water.
La misión de Water is Life es llevar agua potable a las familias que viven en los pueblos de Anketrake, Andranogadra y Ankatsaky, en Madagascar.
En algunas áreas de la isla, aún hoy el 80% de la población no tiene acceso directo al agua potable y está obligada a afrontar largos viajes diarios en áreas para llegar a las fuentes.
El proyecto Water is Life tiene consecuencias positivas a tres niveles: sanitario, medio ambiental y social.
Llevar agua potable al pueblo significa proporcionar a sus habitantes agua segura, disminuyendo el riesgo de enfermedades infecciosas, como diarrea, infecciones intestinales y parasitosis; significa evitar emisiones en la atmosfera de más CO2 ya que los habitantes locales no necesitan quemar cualquier material para calentar el agua y que sea potable; significa ofrecer la posibilidad a los niños de ir a la escuela y a sus madres de poder ocuparse de manera activa del sustento de sus familias.